LA MADRE SABE II - O SEA, PREPÁRATE PARA EL PARTO

Querida futura madre:

El día clave se acerca y has venido a nuestro hospital esperando que este momento tan esperado sea una de las experiencias más especiales de tu vida.

El siguiente texto pretende facilitarte información sobre lo que puedes esperar, a qué exámenes médicos te someterán, qué va a pasar en el paritorio, cómo se examinará a tu recién nacido y otra información útil. A continuación encontrarás una lista de cosas que tu bebé y tú necesitaréis en el hospital y una lista de la documentación necesaria.

 

ÚLTIMAS SEMANAS DE TU EMBARAZO

Hasta ahora has estado al cuidado de tu ginecólogo, quien expidió tu tarjeta de embarazo, en la que registró los resultados de todos los exámenes médicos que pasaste durante tu embarazo.

Este es un breve repaso a los exámenes prenatales rutinarios que has debido pasar.

 

Examen ginecológico, que en la mayoría de los casos incluye muestras de cultivo de la vagina y la orina.

 

Examen del cuello del útero – test PAP (test de Papanicolau, también llamado citología) para el cáncer cervical (en caso de que no te hayas hecho esta prueba en el último año).

 

Medida externa de la pelvis – el objetivo de esta prueba es comprobar si hay irregularidades en la forma y el tamaño de la pelvis, y en caso necesario, confirmar posibles incompatibilidades entre el tamaño del canal pélvico para el parto y el tamaño del bebé.

 

Examen de los pechos como método de comprobación del cáncer de mama. El ginecólogo también puede suministrar información sobre qué hacer en caso de pezones planos o invertidos, que pueden corregirse para permitir la lactancia mediante el uso de unos dispositivos especiales desde 8 semanas antes del alumbramiento.

 

Análisis de sangre para determinar el grupo sanguíneo y detectar la presencia de anticuerpos contra una sustancia que se encuentra en los glóbulos rojos, llamada factor Rh. El resultado de esta prueba debe incorporarse a la tarjeta de embarazo, para que nosotros podamos conocer estos datos inmediatamente en caso de que necesites una transfusión sanguínea.

Si la madre tiene el factor Rh negativo, examinamos con más detenimiento sus anticuerpos, ya que si su hijo tiene el Rh positivo por la herencia paterna, la madre noc el Rh negativo podría crear anticuerpos contra los glóbulos rojos de la sangre del niño y podría destruirlos. La destrucción de los glóbulos rojos del bebé podría derivar en anemia grave y en el aumento de la bilirrubina en la sangre.

Comprobación de infecciones como sífilis o VIH, y exámenes bioquímicos básicos, incluyendo análisis de orina.

Todas las mujeres embarazadas se someten a ultrasonidos y monitorización bioquímica para descubrir posibles anormalidades del desarrollo en el feto tan pronto como sea posible.

 

Ultrasonidos

La primera prueba tiene lugar entre las semanas 11 y 14 para asegurarse de que cualquier posible anormalidad del desarrollo se detecta tan pronto como sea posible. Los ultrasonidos se utilizan para medir el tamaño del feto, para determinar el día probable del parto y para ver si hay más de un feto.

La segunda prueba de ultrasonidos tiene lugar entre las semanas 18 y 23.

La tercera prueba de ultrasonidos tiene lugar entre las semanas 30 y 32 de tu embarazo.

 

Monitorización bioquímica

Esta monitorización tiene lugar entre las semanas 16 y 17 del embarazo. Medimos los niveles de tres hormonas en tu sangre. Si el test es positivo, podría significar que el feto tiene riesgo de sufrir defectos genéticos.

 

QUÉ TRAER AL HOSPITAL

Por favor, prepara tus cosas aproximadamente 3 semanas antes del ingreso.

 

Para el parto:

  • Un albornoz
  • Zapatillas lavables (si es posible, también zapatillas para la ducha)
  • Productos de baño, papel higiénico, dos toallas
  • Vaselina para los labios
  • Algo de leer, un cuaderno, un bolígrafo
  • Contacta con un pediatra y trae sus datos (nombre, dirección)

 

Para la estancia en maternidad:

  • 2 sujetadores de lactancia
  • Almohadillas de lactancia para los sujetadores (o telas esterilizadas); si es preciso, crema para los pezones
  • Ropa interior desechable – se compra en las farmacias
  • Compresas higiénicas
  • Pañales y toallitas húmedas para tu bebé

 

Documentación

  • Tu carné de identidad y la tarjeta del seguro sanitario
  • Si estás casada, el certificado de matrimonio
  • Si no estás casada, tu certificado de nacimiento y la confirmación de la paternidad en el registro de tu ayuntamiento
  • Si te has divorciado hace menos de 300 días, una copia del acta de divorcio y la confirmación de la paternidad en el registro (si no la tienes, necesitarás tu certificado de nacimiento)
  • Si te has quedado viuda hace menos de 300 días, el certificado de defunción y el de matrimonio
  • Si te has quedado viuda hace más de 300 días, el certificado de defunción y un documento oficial de paternidad (si no lo tienes, necesitarás tu certificado de nacimiento)

 

Las extranjeras deberán tener todos estos documentos traducidos al checo y compulsados ante notario.

Además:

  • Rellena el formulario de nacimiento (también lo debe firmar el padre; según la ley checa, si un hombre no declara oficialmente que es el padre del bebé, no se le inscribirá en el certificado de nacimiento y el bebé obtiene automáticamente el apellido de su madre)
  • Rellena un formulario llamado “Hlášení o narození” (informe de nacimiento). Este informe se usará para el registro.
  • Cómo madre debes tener en cuenta que, según la legislación checa, si tu bebé es una niña, al apellido se le incorpora el sufijo “–ová”. Se puede registrar el nombre de una niña sin este sufijo, pero sólo si lo solicitan ambos progenitores y si el padre es a) extranjero, b) ciudadano checo con residencia permanente fuera del país, c) ciudadano checo de padres extranjeros, d) ciudadano con nacionalidad extranjera.

 

CUÁNDO IR AL HOSPITAL

Rotura de aguas

Toma una compresa sanitaria y cuando esté empapada comprueba el color del agua. Si es rosa, prepárate lentamente y entra en el hospital en las próximas dos horas. Si es de cualquier otro color (amarillo, marrón, verde, rojo brillante) ve al hospital inmediatamente.

 

Sangrado

Si estás sangrando y la sangre es de color rojo brillante, ve al hospital inmediatamente.

 

Contracciones regulares

Si tus contracciones son regulares, el periodo entre ellas se va haciendo menor y cada vez son más intensas, ve al hospital cuando el intervalo entre una y otra sea de entre 4 y 5 minutos. Si sientes una presión intensa en el recto, ve al hospital incluso si los intervalos son mayores.

 

Movimientos del bebé

Si sientes un cambio en los movimientos del bebé (son demasiado intensos o dolorosos, o son demasiado suaves, o no se notan en absoluto), ve al hospital, donde harán una comprobación electrónica del estado del corazón del feto.

 

Tienes tiempo suficiente para ir al hospital si:

Tienes contracciones que causan molestias pero no se producen a intervalos regulares y no se hacen cada vez más intensas. Puedes probar a darte un baño en agua tibia: si el dolor disminuye durante el baño y el intervalo entre contracciones se agranda, probablemente se trate de contracciones falsas (también llamadas contracciones de Braxton Hicks). Estas contracciones sólo preparan el cuerpo para el nacimiento. Pueden ocurrir uno o dos meses antes del parto y no duran más de una o dos horas. Si son regulares y duran más de dos horas, deberías ir al hospital.

La mucosa se desprende. La mucosa cae toda de una vez y a esto no le sigue ninguna pérdida de líquidos. La mucosa puede ser rosa, acuosa o espesa. Suele caerse aproximadamente 24 horas antes de dar a luz.

Es conveniente tener un acompañante durante el camino al hospital, a ser posible alguien que pueda hacer de intérprete. Puedes tener un acompañante incluso durante el parto; habitualmente esto debe negociarse por adelantado y pagarse, en función de las normas del hospital que hayas elegido para dar a luz.

En caso de que se produzcan complicaciones (sangrado abundante con sangre brillante, contracciones violentas con presión en el recto, contracciones fuertes en intervalos cortos y regulares), no dudes en llamar al teléfono de emergencias: marca 112.

 

INGRESO EN EL HOSPITAL

Durante el ingreso deberás rellenar un formulario llamado “porodopis” en el que se anotan todos los datos importantes que pueden influir en el parto. También se anotarán ahí algunos datos de tu tarjeta de embarazo. Si no te va a acompañar ninguna persona que hable checo, deberás anotar previamente todas las enfermedades graves que haya habido en tu familia. También, si hay algún requisito o condicionante especial sobre el momento en el que darás a luz, por favor haz una lista con ellos en checo y entrégala cuando ingreses en el hospital.

Tu cuidador te tomará la temperatura, el pulso, la presión sanguínea y una muestra de orina. Te harán un examen ginecológico rutinario. También se monitorizará electrónicamente y se registrará el latido del corazón de tu bebé.

 

PREPARACIÓN AL PARTO

Después del ingreso se te llevará al paritorio. Aquí la comadrona te aplicará un enema para limpiar el recto y el colon. Este procedimiento sirve para prevenir manchados durante la segunda fase de trabajo activo, cuando estarás “empujando”. También será necesario un afeitado del perineo (el tejido entre la vagina y el recto) para evitar posibles episiotomías.

 
LAS ETAPAS DEL PARTO
ETAPA 1: DILATACIÓN

La primera fase es el comienzo real del trabajo activo del parto. Las contracciones regulares te abrirán el cuello del útero. Esta fase finaliza cuando el cuello del útero está completamente dilatado y se retrae (el cuello se incorpora al segmento inferior del útero) hasta que el obstetra ya no lo nota. Esta etapa dura entre 10 y 12 horas si eres primeriza, algo menos (6-8 horas) en el resto de casos.

Si no has roto aguas anteriormente, el obstetra romperá la bolsa para desalojar el líquido.

Durante esta primera fase, el obstetra o la comadrona te examinarán aproximadamente cada hora. Es necesario para comprobar el progreso del nacimiento. También te tomarán la temperatura y la presión cardiaca.

Además, se monitorizará la actividad de tu hijo, para permitirnos comprobar si el bebé está sufriendo y decidir si es necesario acelerar el parto mediante cesárea.

 

Posición de relajación y movimiento durante la etapa 1

El movimiento es crucial durante la primera etapa. Camina lentamente. Puedes apoyarte contra las paredes cuando sientas contracciones y respirar a su ritmo. En muchos hospitales disponen de material de relajación: una bola de gimnasio en la que puedes mecerte, una colchoneta en la que arrodillarte, en algunos sitios incluso camas de paja. Si tienes que tumbarte (por ejemplo, para que monitoricen el corazón de tu bebé), hazlo de lado o permanece medio sentada. La mayoría de hospitales cuentan con camas modernas que pueden ajustarse para mayor comodidad.

 

Darse una ducha o un baño

El agua tibia puede dar alivio al dolor. En todos los hospitales disponen de ducha, y en algunos tienen también una bañera de masajes. Dúchate o báñate cada vez que sientas que te puede ayudar.

 

La respiración durante la primera etapa del nacimiento sigue unas pautas específicas. La llamada “respiración abdominal” es la más adecuada durante las contracciones. Inspira profundamente por la nariz de manera que no se hinche sólo tu pecho, sino también tu abdomen. Espira profundamente por la nariz. Inspirar por la nariz prevendrá que la boca se te reseque. La respiración abdominal es muy importante durante esta primera fase, porque aporta oxígeno a tu cuerpo y al del bebé durante las contracciones, además de tener un efecto calmante y antiestrés.

 

Puntos de presión

Si notas dolor en la parte baja de la espalda los puntos de presión pueden ayudarte. Para masajearlos necesitarás ayuda. Tu acompañante deberá aplicar una presión fuerte en un punto de la parte inferior de la espalda, y luego hacer movimientos circulares a aproximadamente 5 centímetros a izquierda a derecha de la columna (desde el centro hacia los lados) e ir bajando hacia las lumbares.

 

ETAPA 2: EXPULSIÓN

La segunda etapa comienza cuando el cuello del útero está totalmente dilatado y concluye cuando el bebé ha nacido. Normalmente dura entre 20 y 30 minutos.

Esta etapa puede comenzar con una fuerte necesidad de empujar, como durante la evacuación de los intestinos. Es necesario aguantar el dolor al principio y respirar sobre el dolor. Puedes empezar a jadear como un perro: respiraciones frecuentes y rápidas. Intenta no gritar, ya que perderás parte de la fuerza que necesitarás para el empujón final.

Cuando el obstetra o la comadrona se aseguran de que la cabeza del bebé está en la posición correcta, te ordenarán empujar. Les oirás decir “TLACHTE!!“ (¡empuja!).

De aquí en adelante, si sientes dolor, respira hondo, cierra los ojos y la boca, apoya tu barbilla en tu pecho y empuja como si estuvieras estreñida y quisieras evacuar. Relájate entre las contracciones, respira e intenta recuperar energías para la siguiente contracción. De nuevo, procura no gritar y dedicar toda tu energía para empujar al bebé hacia afuera.

Al final el doctor puede practicar una episiotomía. Este procedimiento se realiza cuando hay riesgo de lesión vaginal, perineal o incluso anal. La episiotomía se cura mejor que una herida natural y facilitará el camino a tu bebé. El doctor la aplica durante una contracción, cuando la piel está muy tensa, por lo que probablemente ni te enteres de que lo hace.

 

Etapa 3

Esta etapa comienza con el nacimiento del bebé y acaba con la expulsión de la placenta. Unos minutos después de la salida del bebé se te pedirá que empujes por última vez y saldrá la placenta con el saco amniótico. El obstetra comprobará la placenta cuidadosamente para verificar que no se queda nada dentro del útero.

 

COMPLICACIONES DURANTE Y DESPUÉS DEL PARTO

Cesárea

La cesárea es un parto mediante cirugía. Sólo se aplica cuando hay riesgo para la salud del feto, de la madre o de ambos. Puede estar planificada (las razones son variables: problemas graves de salud de la madre, incorrecta posición del feto, excesivo tamaño del feto, etcétera) o decidirse durante el parto: cesárea de emergencia (el bebé no tiene oxígeno suficiente, la salud de la madre está empeorando, el progreso del nacimiento no avanza, etcétera).

La cesárea se practica con anestesia general o local (la anestesia se aplica en la médula espinal y la madre es totalmente consciente, pero no siente el dolor). Se practica una incisión horizontal en la parte baja del abdomen, para poder esconder la cicatriz incluso con traje de baño en verano.

La madre permanece uno o dos días en urgencias tras la cirugía. Las enfermeras llevan al bebé a urgencias para sus cuidados. Después la madre es trasladada a la maternidad, donde puede sostener a su bebé si se siente bien y no hay mayores complicaciones.

 

Extracción con fórceps

El fórceps es una herramienta médica diseñada para no producir daños ni a la madre ni al bebé. El obstetra normalmente decide utilizarlo cuando la madre no puede expulsar al bebé, la cabeza del bebé está en la pelvis de la madre, no puede practicarse una cesárea y el bebé está en peligro por la falta de oxígeno. La extracción con fórceps sólo puede efectuarla un obstetra experto, y no es una razón para preocuparse.

 

Extracción manual de la placenta

Si la placenta no sale en los 30 minutos posteriores al nacimiento, o si se produce una hemorragia muy intensa, el obstetra la extrae manualmente. Este procedimiento se realiza con anestesia general o local. No hay que preocuparse.

 
EXAMEN FINAL DE LA MADRE

Tan pronto como la placenta sale, el obstetra revisa completamente los genitales y cura las heridas o la episiotomía. Esto se hace con anestesia local. Pasarás dos horas más en el paritorio y luego te trasladarán a la maternidad.

 

EXAMEN DEL RECIÉN NACIDO

En primer lugar, el obstetra corta el cordón umbilical y le da el bebé a la enfermera o a la comadrona.

La enfermera colocará al bebé en una cama calentada, donde el bebé será secado, le retirarán los restos de líquido amniótico de su boca y su nariz si es necesario, y se ocupará del cordón umbilical. El cordón se atará con una goma esterilizada, para que no sangre, y se cortará a aproximadamente 2 centímetros. Después, la enfermera echará unas gotas en los ojos del recién nacido para prevenir infecciones bacterianas que podría haber contraído del cuerpo de su madre.

Inmediatamente se marca al bebé de tres maneras: se le coloca una pulsera con un número (a ti te pondrán el mismo número), y otra pulsera con sus datos en la otra mano. La tercera forma de marcarle varía en cada hospital; normalmente se marca la ropa que se le pone, aunque en algunos hospitales se escribe su nombre en la pierna con un rotulador especial.

Cuando el bebé está marcado y examinado, se le mide y se le pesa. Una enfermera y un doctor comprueban su estado de salud.

Después la enfermera te dará el bebé y te ayudará a acercártelo a tu pecho. Estos cuidados iniciales son muy importantes para ti y para tu bebé. Fomentan la liberación de una hormona llamada oxitocina, que ayuda al útero a contraerse y elimina la hemorragia posparto. También tienen un papel importante en el comienzo de un amamantamiento eficaz.